Today, I had the pleasure of taking my Spanish teacher, Patricia Carlos from Antigüeña Spanish Academy, to lunch at the charming Tipico Restaurant in Antigua. We enjoyed authentic Guatemalan dishes that left us both satisfied and delighted.
Patricia opted for a healthy and flavorful meal of grilled chicken with vegetables, including corn, whiskey (water-soaked potato), squash, and arroz. As for me, I decided to be adventurous and tried Revolcado, a traditional stew made with pig’s head and other entrails, cooked in a rich sauce of tomatoes and chiles. The dishes were a true representation of the local cuisine, bursting with flavor and tradition.
The highlight of our visit was meeting Herbert, the owner of the restaurant. He graciously showed us his collection of beautiful suits from all over the country, which were available for sale. It was fascinating to see the variety and craftsmanship of the local attire.
We also had the opportunity to meet the family who runs the restaurant and observed them cooking in the kitchen. Their dedication and passion for their culinary craft were evident in every dish they prepared.
During lunch, Patricia shared insights about her teaching experiences and mentioned a presentation she made this week on Mayan weddings at the school. Her passion for the culture and language is truly inspiring.
After our meal, we took a leisurely walk back to the school. Patricia thanked me for being a dedicated student and wished me the best of luck at Lake Atitlán. It was a heartfelt moment that marked the end of a wonderful day filled with good food, great company, and enriching conversations.
Un Almuerzo Delicioso con Mi Profesora de Español Patricia Carlos
Hoy tuve el placer de llevar a mi profesora de español, Patricia Carlos de la Academia de Español Antigüeña, a almorzar en el encantador Restaurante Típico en Antigua. Disfrutamos de platos auténticos guatemaltecos que nos dejaron satisfechos y encantados.
Patricia optó por una comida saludable y sabrosa de pollo a la parrilla con verduras, incluyendo maíz, whisky (papa remojada en agua), calabaza y arroz. Por mi parte, decidí ser aventurero y probé el Revolcado, un guiso tradicional hecho con cabeza de cerdo y otras entrañas, cocido en una rica salsa de tomates y chiles. Los platos eran una verdadera representación de la cocina local, llenos de sabor y tradición.
El punto culminante de nuestra visita fue conocer a Herbert, el dueño del restaurante. Amablemente nos mostró su colección de hermosos trajes de todo el país, que estaban a la venta. Fue fascinante ver la variedad y la artesanía de la vestimenta local.
También tuvimos la oportunidad de conocer a la familia que dirige el restaurante y los observamos cocinar en la cocina. Su dedicación y pasión por su arte culinario eran evidentes en cada plato que prepararon.
Durante el almuerzo, Patricia compartió ideas sobre sus experiencias de enseñanza y mencionó una presentación que hizo esta semana sobre bodas mayas en la escuela. Su pasión por la cultura y el idioma es realmente inspiradora.
Después de nuestra comida, dimos un paseo tranquilo de regreso a la escuela. Patricia me agradeció por ser un estudiante dedicado y me deseó la mejor de las suertes en el Lago de Atitlán. Fue un momento conmovedor que marcó el final de un día maravilloso lleno de buena comida, gran compañía y conversaciones enriquecedoras.